Georges Franju comienza mostrando un Paris sin torre Eiffel, sin turistas, nada idealizado lo cual nos introduce en un contexto surreal.
Cuando entramos al matadero por primera vez, me pareció terrible, un ambiente obscuro y la sangre corriendo por el piso y por los
pies de los valientes trabajadores. Es un trabajo duro y peligroso, pero finalmente es un trabajo más que se tiene que hacer y tarde
o temprano los trabajadores de estos lugares se acostumbran y en algunos encuadres me pareció ver una expresión de goce en sus caras.
Es muy diferente comer en casa un buen pedazo de vaca asado, que pareciera que se compra asi o que se fabrica a la realidad de que para
obtener ese pedazo de carne limpia y caliente, la sangre de esos animales corre por esos pisos y los olores y las vistas y las miradas tampoco
son tan agradables. Acabando de ver este documental, pensé no comer carne en unos días por lo menos, pero esa misma noche digerí unos
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